La ciudad es fea, la gente pobre y, por lo tanto te “acosan” más que en Alicante. Se ofrecen para llevarte los bultos, empujarte el carro del supermercado; lo que sea para ganar unos meticales. Y no puedes atender a todos.
Mi “asistente”, Victorino, aunque aparenta 14 años, tiene 21 y no tiene zapatos.
La casa tiene la única ducha, entre la entrada principal y el salón. No tiene puerta, ni cortinas, ni mampara. ¡Y yo acostumbrado a echar el cerrojo!.
En fin, que a veces me da el bajón y me pregunto que hago aquí. Me siento exiliado; como Napoleón en Santa Elena.
Aún no tengo internet, La jefa me deja un par de horas mientras duerme la siesta de 5 a 7 aproximadamente.
El móvil mio no vale ni su Wasap. Me van a facilitar uno pero creo que no tiene Wasap
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